José Saramago murió hace seis
meses, el 18 de junio de 2010. José Saramago fue un buen ser
humano, un hombre bueno. De la misma manera que un ser humano tarda
nueve meses en gestarse, su muerte debe también culminarse a lo
largo de nueve meses. Recordemos hoy con pena porque se fue, pero con
alegría porque existió, a José Saramago.
Estos son algunos de sus pensamientos.
“En esta época de conmemoraciones, planteo que, cuando descubrimos al otro, en ese mismo instante nos descubrimos a nosotros mismos, unas veces en lo mejor y otras en lo peor, cuando intentamos dominarlo. Si llegamos a una relación con el otro en la que la condición principal sea respetar sus diferencias y no tratar de aplastarlas para hacerlo como uno, entonces aparecerá en nosotros lo positivo. Todos tienen derecho a un lugar en la Tierra, no hay motivo para que yo, por el hecho de ser blanco, católico, rubio, indio, negro, amarillo, sea superior. No podemos darnos el lujo de ignorar que el respeto humano es la primera condición de 'convivialidad'.”
Textos tomados del diario
El País, del 19 de junio de 2010.
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