José Saramago murió hace siete
meses, el 18 de junio de 2010. José Saramago fue un buen ser
humano, un hombre bueno. De la misma manera que un ser humano tarda
nueve meses en gestarse, su muerte debe también culminarse a lo
largo de nueve meses. Recordemos hoy con pena porque se fue, pero con
alegría porque existió, a José Saramago.
Estos son algunos de sus pensamientos.
“Hay que reconocer que la literatura no transforma socialmente el mundo, que el mundo es el que va transformando, y no sólo socialmente, a la literatura. Es ingenuo incluir la literatura entre los agentes de transformación social. Reconozcamos que las o bras de los grandes creadores del pasado no parecen haber originado, en sentido pleno, ninguna transformación social efectiva, aun teniendo una fuerte influencia en comportamientos individuales y de generación. La humanidad sería hoy exactamente lo mismo que es aunque Goethe no hubiera nacido. La literatura es irresponsable, porque no se le puede imputar ni el bien ni el mal de la humanidad. Por el contrario, actúa como un reflejo más o menos inmediato del estado de las sociedades y de sus sucesivas transformaciones.”
Textos tomados del diario
El País, del 19 de junio de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario