La situación de las mujeres afganas encarceladas
Mujeres, niños y niñas en la prisión de mujeres de Badam Bagh
Pero tras tres décadas de guerra, las políticas extremistas
islámicas hacia las mujeres han tenido sobre ellas un impacto devastador.
En la actualidad, entre los renovados ataques de los
talibanes y la corrupción rampante, las mujeres de Afganistán siguen luchando
para conseguir justicia para ellas. Justicia para jóvenes como Wagas, a la que
comprometieron en un matrimonio con un hombre que ella no quería. En vez de
aceptar casarse, se escapó de la casa de su padre con un muchacho del que
estaba enamorada.
Wagas: “Después de dos días juntos, nos peleamos y mi novio
me echó de su casa. Me dijo que no me necesitaba”.
“Se considera adulterio no sólo cuando gente casada tiene
relaciones sexuales, sino también la gente que no está casada. Esa es su
definición de adulterio: tener relaciones sexuales. Y eso sería, creo, lo que
están considerando, cuando hablan de crimen moral”.
Según la constitución afgana, no se considera ningún hecho
como delito a menos que una ley así lo señale antes de que se cometa la ofensa.
“Por desgracia, lo que sucede es que hay ciertos delitos que
forman parte de la Sharia, que representa lo que en Occidente pueden llamar el
derecho común. Es parte de nuestros principios. Pero no está aún por escrito. Y
esa ley de la Sharia, por desgracia, y digo esto desde mi perspectiva cultural,
es lo que aquí se cumple”.
Como señal de cambio positivo, el gobierno afgano reconoce
ahora las necesidades especiales de las mujeres prisioneras. Uno de las mejoras
más importantes ha sido la de introducir mujeres como guardianas. Pero la
cuestión de tener los niños aquí sigue sin resolver. Y, al igual que sus
madres, esperan su destino tras las rejas.
Reportaje tomado de AmecoPress.
Fotos: Archivo AmecoPress
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