25 marzo 2011

Cristina del Valle: la igualdad en Egipto







En el último número de la revista Cambio 16Cristina del Valle reflexiona sobre el papel y la situación de las mujeres en Egipto, después de que desarrollaran una función tan importante en la desaparición de la dictadura de Mubarak. Es interesante que lo leas porque aporta argumentos para justificar la igualdad entre los hombres y las mujeres.


OTRO EGIPTO ES POSIBLE

Según un informe de Amnistía Internacional, en Egipto, a pesar de que las mujeres han tenido un protagonismo fundamental en las rebeliones por la libertad, se está negando a las mismas un papel en la creación de un nuevo país. Según dicho informe, elaborado por Widney Brown, directora del Programa de Derecho Internacional y Política de AI, las mujeres son excluidas tanto por el gobierno provisional como por la comunidad internacional. El nuevo comité nacional creado actualmente para redactar la nueva Constitución egipcia está integrado solamente por hombres. Las mujeres egipcias han sido las que más han sufrido el régimen de Mubarak, ellas han sido discriminadas e invisibilizadas en las leyes y en la sociedad. Por eso son ellas quienes deberían tener un papel protagonista y visible en el diseño de su nuevo modelo de país, ellas mejor que nadie saben qué cambios se tienen que producir para que cambie la vida de la ciudadanía egipcia.

De nada sirven las grandes transformaciones y los grandes cambios si al final no modifican la vida cotidiana de las personas que forman ese país. Y si las egipcias suponen más del 52 por ciento de la sociedad y paren al resto, ¿por qué no han de ser también la mitad de toda solución? Sin la participación de las mujeres no hay democracia.

Pero esto no es nuevo. Le pasó a las argelinas. Jugaron un papel fundamental en la revolución y luego fueron apartadas de todos los espacios de toma de decisiones. Al final, la tarea de construir la paz recae la mayoría de las veces en las manos de los hombres. El protagonismo de las mujeres en las organizaciones civiles no se traslada luego a la mesa de negociaciones. Sin embargo, las alianzas de muchas organizaciones de mujeres del mundo exigiendo estar en las mesas de negociación en los procesos de paz de sus países, junto con los informes y documentos sobre la importancia que su presencia había tenido en las mismas, impulsó la aprobación por parte de Naciones Unidas de la Resolución 1325 en el año 2000. En la misma se hace un llamamiento a los estados para emprender acciones que conlleven el aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y de paz, se insta al entrenamiento para el mantenimiento de la paz desde una perspectiva de género, se habla de la protección de las mujeres en los conflictos armados y en las situaciones posconflicto. En esta resolución se reconoce que la paz está unida totalmente a la igualdad entre hombres y mujeres, y que solo es posible la consolidación de la misma con la participación de las mujeres y su completa implicación en la prevención y resolución de conflictos.

Las mujeres son, sin duda, un factor claro de estabilidad y su mirada es fundamental para la reconciliación. Han sido históricamente las eternas mediadoras en el ámbito privado y social y esa experiencia es una contribución fundamental a la paz.

Espero que estas revoluciones en el mundo árabe, que iniciaron y protagonizaron las mujeres y l@s jóvenes, rompan con el modelo patriarcal mundial y aporten una verdadera revolución en las relaciones entre hombres y mujeres construyendo, desde la igualdad, sociedades justas, incluyentes, amables y libres.


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