¿Qué hago yo aquí?, decía ayer el poeta. Es la mitad de la
pregunta humana, la pregunta ética. Hoy el poeta contesta, en el fondo, preguntando, la otra gran cuestión: ¿quién soy yo? Es la otra mitad de la pregunta. Actuar y saber. ¿Cómo debo
actuar? ¿Qué puedo saber? Preguntas que nos llevan a Kant y que apuntan hacia el
interrogante sobrehumano: y después de todo esto, ¿qué me cabe esperar? Caducidad y
ansia de infinito.
Lee, por favor, al poeta mientras escuchas la primera parte
de El
Moldava, de Smetana. Lo
interpreta la Orquesta Filarmónica de Berlín,
bajo la dirección de Herbert von Karajan.
Soy agua, tierra, barro, niebla, sol. Latigazo y éxtasis. Soy electricidad, oxígeno, hidrógeno. Sangre, músculo, hueso. Pensamiento. Anhídrido carbónico. Soy lo que ingiero y lo que me devora. Magnesio, hierro, calcio, litio, potasio, fósforo. Soy proyectil, detonación, escudo. Vuelo, raíz. Soy guindo, soy gorrión, soy halcón, soy avestruz. Soy esponja y granito. Puerta, ventana, arco, flecha, diana, desviación. Lo veloz y lo inmóvil. Soy transparencia y soy opacidad. Visible e invisible. Lo clonado y lo único. Soy envase y fluido, energía y espíritu, contención y derroche. Vehículo, camino, cumbre, sima. Cifra y clave sellada. Constancia, oscilación. Soy gallina y soy zorro. Soy lo que soy y soy lo que no soy. Víscera. Conmoción. caducidad y ansia de infinito.
Del libro de Ángel Guinda, Espectral. Editorial Olifante. Zaragoza. 2011.
Mañana, a las 23:00 horas, una nueva entrega de Guinda en la noche.
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