10 noviembre 2011

EL PROBLEMA DE LA ANOREXIA







Cuánto tiempo llevamos en Occidente llenándonos la boca con cuestionamientos sobre los velos de las mujeres árabes y qué poco lo hemos hecho sobre los velos “invisibles” de nuestras jóvenes, no solo en este país sino en toda Europa.

 María es una de mis mejores amigas, inteligente, comprometida, con un maravilloso sentido del humor y con una generosidad infinita . Padecía anorexia y juntas compartimos muchos días y noches mientras luchaba con todas sus fuerzas para salir adelante ingresada en un centro especial para jóvenes.

Nuria Varela, amiga y escritora feminista, habla en uno de los capítulos de su último libro –Feminismo para principiantes– de las enfermas de desencanto, mujeres como María, Ana, Alicia, Teresa, Marta…

Jóvenes, inteligentes y brillantes, que soñaban y querían ser las mejores en todo y también las más delgadas.

Cuenta Nuria en su libro sobre la historia de una de estas mujeres, Ana, una veinteañera presumida que fue una niña estudiosa y responsable. Ana quiere ser mayor y que la vida no la asuste. Hizo su primera dieta preparándose para su Primera Comunión, tenía entonces ocho años y decía que quería estar guapísima ese día. Fue su primera visita al infierno del hambre.

Cuenta Nuria que Ana relataba todo esto llena de dolor como en tantos otros dramas sufridos por las mujeres, dolor gratuito solo por ser mujer. Creo que he madurado, comentaba Ana, que había visto que se le iba la vida. Ahora sé que no es importante estar delgada pero esta sociedad nos bombardea.

 En todos los trabajos quieren chicas delgadas y monas. Ahora me encuentro mucho mejor pero con la anorexia se me caen los dientes, el pelo, la piel se queda sin brillo y desaparece el deseo sexual y la capacidad de sentirte querida y se escapa la autoestima. Estaba en la cama y se tocaba los huesos, las etiquetas de la ropa eran sus victorias, ¡talla 27!, un trofeo más.

Las cifras que manejan las organizaciones que luchan contra la anorexia señalan que un 20% de las mujeres que la padecen muere por esta causa, con un índice de suicidios 200 veces superior al general. Afecta al 15 por ciento de las jóvenes europeas entre los 13 y los 17 años.

En estos días, el Ministerio de Sanidad español ha pedido a los responsables de Twitter que eliminen las cuentas de usuarios que fomentan sin ningún escrúpulo la anorexia a través de la red.

La anorexia no se cura regulando el peso de nuestras jóvenes sino transformando una sociedad que somete a las mujeres a través de esos velos invisibles que las hacen creer que son mujeres libres y que libremente deciden someterse a la mutilación de sus cuerpos y a dejarse la vida con la anorexia para doblegarse ante un patrón de belleza que imponen los hombres.

“Son las enfermas del desencanto de un mundo que un día les susurró que eran mujeres libres cuando solo pretendía esclavas, sumisas consumistas, adornos bonitos sin fuerzas para correr sin músculos para luchar”.

(artículo completo de Cristina del Valle, publicado en cambio 16)

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